28 AÑOS
28 años no puede representar, solamente, una cifra extra, un año más o un año menos. Tampoco 365 millas más en el kilometraje. Viendo el recorrido desde el punto en el que me encuentro, recuerdo un día como hoy me fui de casa a tocar rock & roll y no volví nunca más, una década ha pasado ya de viaje. Claro desde ese día hasta acá todos los kilómetros fueron con el acelerador a fondo, sin airbags ni frenos ABS. Cuantas veces extrañé(extraño) viajar en la seguridad del asiento del copiloto, sin tener que aventurarme a decidir que ruta escojer o donde parar.
Como extraño hoy mi casa, mi cuarto sin paredes, los sanduches de mama, el olor de la cocina que contamina entera la casa, el sonido de la aspiradora en la mañana trasnochada, las piedras en la ventana, mis amigos de ayer y de siempre, sus llamadas, sus problemas, sus respuestas para cambiar el mundo, sus desajustes mentales; las mujeres imposibles, los amores platónicos, las señoritas posibles y amorosas; el vino en cartón y el agua en botella; la ley seca y la garganta sedienta, Mtv antes de la anorexia y el neoliberalismo; un disco con música para volar, una carta con link a soñar, las mismas calles y el mismo auto azul. Como extraño todo lo que soy.
Gracias a todos los que hicieron tan gratificante el viaje, que me ha llevado por tantos paisajes y destinos, diversos y peculiares, de los que disfruté y me enriquecí sin contemplaciones y a los que quisiera visitar más frecuentemente. Algunos de ellos los llevo siempre conmigo. También gracias a todos los chapas acostados dispuestos a lo largo del camino, sin ellos no habría sido tan divertido el viaje.
Ahora con el aval de tener dos cifras medias, una baja y otra alta, en el pensum de los años, viajo en modo crucero.
Son 28 años e infinitas razones para agradecer por estar vivo
Etiquetas: Diario
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