CAMPAMENTO DE FIN DE SEMANA
El fin de semana antepasado me reafirmó muchas cosas y me enseñó unas cuantas demás:
- Que aunque el corazón, a veces, no tenga religión, siempre tiene a Dios,
- Que no tener dudas no solo es de boca para afuera sino de lagrimal para afuera.
- Que aunque tenga un montón de cosas para decir, no me quedan cosas reprimidas o secretos.
- Que querer, a ratos, es tan simple como poder conversar.
- Que ser sensible ante algunas circunstancias no nos hace débiles, sino más humanos.
- Que dormir mal no es una característica del matrimonio.
- Que el "no podemos vivir el uno sin el otro" no es LA razón para casarse.
- Que uno no sabe querer a alguien, sino sabe que lo puede perder.
- Que no se puede comer 5 veces diarias sin tener consecuencias.
Lo bueno: las emociones compartidas y entregadas.
Lo malo: el régimen militar de la convivencia.
La recompensa: saber que alguien en el mundo conoce la mueca peculiar, que delata que estamos de mal genio, no tiene precio.
Etiquetas: Diario
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