SOBREDOSIS DE TV

Fin de semana con "Sobredosis de TV". Suele sucederme que cuando tengo la mejor predisposición para vegetar frente al televisor, ninguna película me seduce y abandono tempranamente la misión. Esta vez, a contrariu sensu, enganché rápida, oportuna y sucesivamente con varias propuestas TVadictivas. En honor a la verdad todas fueron de mediana a regular calidad, con actores de reconocida trascendencia eso si. No soy un cinéfilo ni crítico de cine, para quedarme solo en los detalles y la riqueza de la puesta en escena, que hay que reconocer era bastante pobre, sino que como en esta ocasión sucedió, me quedé con las historias que estaban tras la interpretación.

Un guardia de estacionamientos, mentalmente perturbado, secuestra a una hermosa oficinista de la cual esta obsesionado; ella, frágil y conmocionada, con el pasar de la trama, obtiene los arrestos suficientes como para matar a mano limpia al secuestrador, con una crueldad y sadismo que hacen que la maldad del villano que la mantenía cautiva, parezca un cuento infantil. Todo esto sucede en los subsuelos del edificio en el cual los dos protagonistas trabajan y donde seguramente se habían visto miles de veces, claro, esta vez se descubrieron tal cual era cada uno.

Y luego me encontré con una trama que tenía un enorme potencial , pero que se conformaba con presentarnos a un joven, que por problemas con su comportamiento agresivo lo condenaron a cumplir con un arresto domiciliario, esto es, que debía permanecer recluido dentro de su hogar, las 24 horas del día, los siete días de la semana. Este encierro forzoso y la consiguiente falta de distracciones, volcó al adolescente a convertirse en maníaco-espia de la vida de todos sus vecinos, materia suficiente como para encender la paranoia que como él, todos tenemos dentro. Resultado: el chico descubre, según su alterado juicio, que un asesino en serie buscado por todo el país, habita junto a su casa. Lo que está por verse es que parte es real y cual imaginación.