UNO ES LO QUE ESCUCHA...

El simil resultará absurdo, pero no encuentro otra forma más ilustrativa de explicarlo.
Cuando uno descarga discos por internet, más allá de la cuestionable ilegalidad de la acción, se puede ser conservador o liberal. Conservadores, conforme lo define el diccionario, son las personas favorables a la continuidad de las estructuras vigentes y que defienden los valores tradicionales; en tanto que los liberales serían quienes tienden a redefinir esas estructuras e incluso a cambiarlas por no estar sometidos a parámetros tradicionales.
Puestas así las cosas, probablemente la mayoría asumirá a primera vista que son liberales. Obvio, a nadie le gusta verse en el papel de anticuado. Si es así me permito cuestionar un poco su posición a priori, porque muchos de los que se consideran liberales, no han podido desprenderse de su músico-dependencia a "los clásicos" y más que eso, la mayoría de ellos, apuesto que no saben ni tres nombres de grupos innovadores o vanguardistas de la actualidad, lo que Led Zepellin en los 70s, menos aún se han atrevido a tener sus discos o ha escucharlos con detenimiento. Resulta fácil deducir que tipo de música se puede encontrar en la colección de un tipo de 30 años para adelante o de uno de 40 para arriba, como fácil es encontrar discos de los Beatles como posesiones preciadas de padres de muchos de nosotros. Y si hablo de los que comparten mi generación, que levante la mano aquel que no tiene, al menos, un disco de Pearl Jam, Nirvana o Guns and Roses, por citar algunos.
Pero la música no se quedó en pausa desde la muerte de Kurt Cobain para acá, todo lo contrario, se diversificó y multiplicó las propuestas y tendencias, unas cuantas quizá nunca debieron nacer, pero otras tantas fueron bien concebidas. El genero indie, por dar un ejemplo, heredero auténtico de la música alternativa, está plagado de buenas propuestas que no tienen audiencia, al menos no en forma masificada y quizás esa sea una característica propia del genero, estar fuera del establishment.
La otra noche, con carestía de opciones televisivas, por cosas del azar y del zapping, me cruzé con el programa de MTV llamado World Stage, que presenta conciertos de bandas actuales de todo tipo de género. Ya había visto algunas veces el programa y en verdad casi siempre me topé con presentaciones en vivo de grupos o artistas del top ten del MTV yankee actual, plagado por el R&B, el Hip Hop y el Pop. Por excepción, esta vez se mostraba el Festival Oxegen 2009 celebrado en Irlanda, lo que me aseguraba ver de un solo tiro a varias bandas que han sabido mantenerse inmunes al contagio gringo, por el bien de la humanidad. Los que alcancé a ver fue a The Killers, Razorlight, James Morrison, The Script (una banda originaria de Dublín) y una banda que me dejó impactado: Kings of Leon.
Cuando uno descarga discos por internet, más allá de la cuestionable ilegalidad de la acción, se puede ser conservador o liberal. Conservadores, conforme lo define el diccionario, son las personas favorables a la continuidad de las estructuras vigentes y que defienden los valores tradicionales; en tanto que los liberales serían quienes tienden a redefinir esas estructuras e incluso a cambiarlas por no estar sometidos a parámetros tradicionales.
Puestas así las cosas, probablemente la mayoría asumirá a primera vista que son liberales. Obvio, a nadie le gusta verse en el papel de anticuado. Si es así me permito cuestionar un poco su posición a priori, porque muchos de los que se consideran liberales, no han podido desprenderse de su músico-dependencia a "los clásicos" y más que eso, la mayoría de ellos, apuesto que no saben ni tres nombres de grupos innovadores o vanguardistas de la actualidad, lo que Led Zepellin en los 70s, menos aún se han atrevido a tener sus discos o ha escucharlos con detenimiento. Resulta fácil deducir que tipo de música se puede encontrar en la colección de un tipo de 30 años para adelante o de uno de 40 para arriba, como fácil es encontrar discos de los Beatles como posesiones preciadas de padres de muchos de nosotros. Y si hablo de los que comparten mi generación, que levante la mano aquel que no tiene, al menos, un disco de Pearl Jam, Nirvana o Guns and Roses, por citar algunos.
Pero la música no se quedó en pausa desde la muerte de Kurt Cobain para acá, todo lo contrario, se diversificó y multiplicó las propuestas y tendencias, unas cuantas quizá nunca debieron nacer, pero otras tantas fueron bien concebidas. El genero indie, por dar un ejemplo, heredero auténtico de la música alternativa, está plagado de buenas propuestas que no tienen audiencia, al menos no en forma masificada y quizás esa sea una característica propia del genero, estar fuera del establishment.
La otra noche, con carestía de opciones televisivas, por cosas del azar y del zapping, me cruzé con el programa de MTV llamado World Stage, que presenta conciertos de bandas actuales de todo tipo de género. Ya había visto algunas veces el programa y en verdad casi siempre me topé con presentaciones en vivo de grupos o artistas del top ten del MTV yankee actual, plagado por el R&B, el Hip Hop y el Pop. Por excepción, esta vez se mostraba el Festival Oxegen 2009 celebrado en Irlanda, lo que me aseguraba ver de un solo tiro a varias bandas que han sabido mantenerse inmunes al contagio gringo, por el bien de la humanidad. Los que alcancé a ver fue a The Killers, Razorlight, James Morrison, The Script (una banda originaria de Dublín) y una banda que me dejó impactado: Kings of Leon.

El que mucho abarca poco aprieta. El IPOD genera ese defecto, más aún cuando se tiene más de 40.000 canciones en el ordenador. Ya conocía a Kings of Leon, estaba consiente de que tenía uno o algunos de sus discos (en efecto me faltaban 2 de su discografía), pero nunca me interesaron, nunca les di una oportunidad seria. Me entero ahora que no eran Ingleses como suponía, sino que son del sur de USA, que son tres hermanos y un primo, que son mega rockstars en Europa y que su último disco "Only by the Night" editado en el 2008 (uno de los discos que me faltaba) fue, para una amplia cantidad de revistas y medios internacionales especializados, uno de los discos más importantes de ese año y de los últimos tiempos.
Inmediatamente bajé el disco y desde esa fecha para acá, que ya van varios días, no he parado de escucharlos. Discaso por donde se lo oiga, pero no se me había dado la gana de prestarles atención, de cambiar el playlist mental, de romper la estructura tradicional. Maldición… capaz y soy más conservador extremista de lo que yo presumía al empezar a escribir este post.
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